¡Vamos a movernos!
Beneficios articulares del ejercicio
El cartílago que cubre los huesos en las articulaciones no tiene sangre que lo irrigue, no tiene venas ni arterias. Se nutre y lubrica mediante el líquido sinovial. La palabra “sinovial” viene del griego sin (hecho de) ovium (huevo). Los griegos antiguos le dieron este nombre porque es claro y viscoso como la clara de huevo.
Al movernos, se estimula la producción de este líquido, permitiendo además que penetre en el cartílago como el agua en una esponja, manteniendo “engrasadas” nuestras articulaciones.
Si pasamos mucho tiempo parados, este líquido se vuelve más espeso y se reparte peor en las articulaciones. El cartílago se seca, se deteriora, y no amortigua el contacto de los huesos, haciendo que duelan.
Beneficios musculares
Nuestro cuerpo desarrolla músculo allí donde percibe que le hace falta. Si movemos las piernas, puede que al principio las notemos pesadas porque no tenemos suficiente masa muscular. Pero si somos constantes y las movemos frecuentemente, nuestro cuerpo “invierte” en masa muscular en la zona que trabajamos, y cada vez nos resultará más fácil hacer el mismo ejercicio que hacía una semana nos resultaba tan pesado.
*Una curiosidad:
La cabeza supone el 7% de nuestro peso. A una persona de 60 kilos, la cabeza le pesaría 4 kilos. El peso de un brazo, desde el hombro a la mano, es similar (6%)
Una pierna (muslo, pantorrilla y pie) supone el 18% del peso total. Serían 10 kilos en el mismo ejemplo.
Beneficios vasculares
Los músculos son la bomba que mueve la sangre al corazón. Al contraerlos cuando nos movemos, se aprietan las venas para propulsar la sangre como quien estruja una manguera para que el agua salga con más presión.
Beneficio neurológico
Con cada movimiento, con cada cambio de posición, estamos mandando un mensaje desde las articulaciones y los músculos a nuestro cerebro, informando de lo que está haciendo el cuerpo, y esto mantiene nuestra mente espabilada y atenta. Con cada señal que le mandamos al cerebro para informar del movimiento, le obligamos a que mande una respuesta de vuelta al cuerpo para corregir el movimiento, continuarlo, o detenerlo.
¿Cómo podemos obtener estos beneficios?
Para paliar los efectos de la inmovilidad, no es necesario correr una maratón ni hacer grandes esfuerzos. Es suficiente con un paseo, levantarnos de la silla varias veces si llevamos mucho rato sentados, o realizar ejercicios sencillos como los que se indican a continuación, que permiten movilizar las articulaciones y activar los músculos.